Este disco es un clásico. ¿Por qué?:
The strokes fueron la
continuación de una corriente revival que atravesó los 90 apenas por el under,
pero convirtieron esa escena en la reinante de la música indie a partir de
entonces. Abrió el paso para el éxito de bandas bluseras como The white stripes
(que aunque habían arrancado años antes,
su éxito sería en el 2001-2003, los dos años siguientes a la salida de este
disco), The black keys y una infinidad del indie garage: Libertines, Arctic
monkeys, The killers, Franz Ferdinand y muchos otros. Este disco, su debut,
lleva vendidos 3.5 millones de copias en el mundo desde su lanzamiento, en
Octubre 2001.
...
Con Julian Casablancas en voces,
Albert Hammond Jr. Y Nick Valensi en guitarras, Nikolai Fraiture en el bajo, y
Fabrizio Moretti en la batería, la banda encarnaba lo más crudo de la escena
neoyorkina de los 60-70; bandas como The velvet underground y Television, con
algunas influencias de rock más clásico como el Tom Petty. En una escena donde
lo mainstream era el rock alternativo y el nü metal, era novedoso. Explotó. A
todo el mundo le encantó y sentó las bases para el resto de la siguiente década:
melodías simples, guitarras rusticas y afiladas, sonido garagero y temas
cortos, de una efectividad punk- pero siempre radio friendly-. Incluso sacudieron
la estética del rock volviendo a traer las camperas de cuero, los jeans apretados y el par de Converse gastadas.
Producido por Gordon Raphael, temas como Last Nite y Someday sonaban por todos lados y catapultó a The strokes a un éxito mundial, del disfrutaron hasta su separación. Sus figuras principales, Julian Casablancas y Albert Hammond Jr. disfrutan de un éxito modesto como solistas actualmente, con trabajos que se despegaron del sonido crudo y despojado de este disco.
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